lunes, julio 08, 2013

BERLIN. EN EL CAMINO

Sensaciones. Este verano es como la feria que llega al pueblo cada año con el típico puesto de tiro al pato con escopeta. Cada día pruebas, fallas, te fastidia, pierdes y te vas. Al día siguiente vuelves y fallas de nuevo, te desesperas previo paso a la obsesión, quedan menos días y menos balas. Otro vez más y más de lo mismo, angustia, el señor y su puestito se irán y con el tu fracaso. En casa, de noche, alejado de la feria, esperando la oportunidad del día siguiente, coges un poco de fuerza y optimismo pero basado en la desesperación de saberse inútil, mal tirador, y cuando vuelves y lo intentas hasta el patito parece ya más pequeño y escurridizo, no como las primeras veces que parecía decir, estoy aquí, dame y llévate el premio.
Aeropuertos, sitios extraños, distancia, evaluarse, volver de nuevo y otra vez cagarla.
Se acabara el verano, los feriantes cerraran la temporada, para siempre, y los aeropuertos serán otra vez fríos y grandes.   

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