jueves, febrero 25, 2010

MANERAS DE BESAR

Por las noches, no se me pasa esa tonta melancolia de respirar en tu cuello.

Hay veces que te identificas con un personaje de una novela. Su manera de pensar, sus correrias, su personalidad y naturaleza. En este caso, porque estoy con el en este momento, Sal Paradise, un muchacho, escritor sin inspiracion, que quiere vivir su camino a la perdicion hasta sus ultimas consecuencias, que se divierte en el infierno que supone la noche y la juerga, que necesita volar y vuela, pero que lo hace por carencia de metas y sueños y se deja guiar por los otros. A los que quiere y admira, como yo a mi Dean Moriarty particular.

Otras veces es con la manera de escribir con lo que te identificas. Yo si tuviera talento, haria exactamente esto, joder, te dices exaltado casi nervioso. Me paso ultimamente con Pedro Juan Gutierrez, narrador cubano de la sordidez, el abismo y la rutina impuesta.

De vez en cuando te encuentras con un escritor al que te rindes por su forma de narrar, aunque no se parezca a lo que tu harias. Simplemente es pura admiracion. Que cabron, que grande, como consigue transmitir, te dices. Me paso ultimamente con Saramago y hace cosa de un año o quiza mas con Coetzee y Conrad. Claro, maestros todos ellos.

Tantas formas de admiracion como literatura. Y con ella descubres el infinito de los sentimientos y las formas de expresarlo. El delirio, la locura y el desorden vital como dios de uno. La resignacion, la imposicion de una vida a la que nos aferramos por no tener otro horizonte. La importancia de los otros, de la sociedad para bien y para mal, la crueldad que se asume por pertener a ella. El poder, la corrupcion moral que aceptamos o no por honor y organizacion, por sentirnos parte de algo.
Tantas cosas.
Y el amor tambien.

Gracias a los libros descubrire las infinitas formas de besarte y decirte sin palabras lo mucho que te quiero.

1 comentario:

Doctor Jonas dijo...

Pero bueno, Sal, muchacho, que es eso de escritor sin inspiración... Solo hay que leer tus posts, chico. Y te recuerdo que tú fuiste el que recogiste por escrito nuestras aventuras y las convertite en un best-seller y en el decálogo de toda una generación. A ver cuando acabas ya ese maldito doctorado y te dedicas a lo tuyo, la escritura chico, que no te enteras de tu valía y se te va a pasar el arroz.
Por aquí todo bien. Deseando las chicas y yo que nos hagas una visita para salir a las calles de nuevo a devorar la ciudad.
Un beso enorme golfo.
Dean.