ULTIMO DIA EN COLLEGE

Y yo que me quejaba tanto, que remoloneaba sin fuerza de voluntad todas las mañana, dia tras dia, jurando contra mi rutina de estudiante-currante.
Yo que me cagaba hasta en dios, en la madre que me pario, en las decisiones tomadas, en cristales, espejos, laseres, en mi barra de bar, en el cafe de maquina y en la maquina de cafe, en las horas muertas en internet.

Yo, que abro los ojos tarde y mal, que me sentia viejo y perdido, que llego al claro del bosque con mas de año de retraso (pero ahora es mi claro), que miro a un fuego que no es el mio apagando las llamas a pedradas, que me inmolo en gasolina.

Ese yo, que se creyo fuera del rebaño y vivio como un cordero, que fue un topico contra los estereotipos, que siguio el manual de la jungla de asfalto como un creyente, que se ahoga en un vaso de agua, que se desconcentra con el vuela de una mosca o una mosquita.
Aquel yo, al que se le murieron las ganas en la orilla y le resucitaran en la arena de aquella manera tan poco esperada, al que una pared le dio de hostias y la culpa es de la pared, que se dejo la piel en hacerlo de culo (y aun asi no lo hizo tan mal), que de puro ciego se le cayeron los ojos inutiles, que tiene una flor en el culo y una gente maravillosa alrededor.
El yo que no se merecio tanto, que gano porque a los otros les descalificaron, que veia llegar a la conciencia a cenar a las 10 e irse a dormir a las 11, el yo del egolatra, el yo divino de la muerte, el yo de la cascara cool y del corazon agusanado.
El mismo yo que tiene acidez por las noches y ronca como un cerdo, que se descojona de todo, que se viene conmigo y no reniego ni de coña, que mola mas que de lo que se cree, el politoxicomano, el fuerte y el debil, el seductor y el timido, el quien te ha visto y quien te ve.
Y yo, yo y yo, Mr Pan o Don Peter, como mas te guste, San Instintos y la fabula del simpatico, el que vale para un roto y para un descosido, el de la pinta pegada a la mano, el que tiene unas ganas (controladas y ya no creo que se descontrolen) de quemar el laboratorio y a la puta madre que pario a los plasmones, el yo que abandona por cansancio cronico (¡no mas!, que dijo Mano de Piedra Duran), el amante rencoroso de la vida de mierda, el que se equivoco tanto (y tan a gusto), el que es un hijo de puta pero es nuestro hijo de puta.
El que deja Dublin despues de cinco años y medio y se muda a Barcelona a empezar de cero (que no es tan cero. Uno y medio como poco) con mas miedo que talento.