sábado, julio 07, 2012

San Petersburgo, la vuelta


En el caótico aeropuerto de San Petersburgo, esperando la vuelta a casa, sin mas botín que unas cuantas ideítas borrosas, una pila de anécdotas, cansancio como si me hubieran dado una paliza y con una picadura de mosquito en la cara que parezco con tres pómulos. Ese avión hay que cogerlo, me han dicho, vía Zurich a Barcelona. ¡Señor, si señor!  ¡A sus ordenes, como siempre, señor!

La terminal es para vuelos domésticos habilitada para todos los vuelos internacionales que entran y salen de la segunda ciudad del país más grande del mundo. Un hall de facturación de mierda, te mueves con la marea y si tienes suerte acabas en la cola que te toca. Una oportunidad entre quince. Seré un burgués pero para una ciudad de seis millones de tíos y otros tantos turistas en verano me parece poco. Uno esta acostumbrado (quizá mal) a que le manden al mostrador 254 o así. El gas ruso no ha llegado hasta aquí.

Al final acabo delante de una tía de uniforme que se supone que informa de algo. ¿Swiss airlines? Where you going?. Zurich. The screens. Tu puta madre, the screens are not working. The screens. Thanks a lot. Your welcome.

Al final, parece que mi mostrador es el 7. Me siento en el suelo a esperar a que abran, porque ahora toca un vuelo a Samara.
¿Samara? Capital de la republica de algo.
Por la cara de aburrida que tiene la tipa del check in, que ni mira los pasaportes, igual hasta consigo una tarjeta de embarque a mitad de ninguna parte.
Tentador, jodidamente tentador. El planazo seria no dar señales de vida hasta que el 9 de Agosto tenga que pillar un vuelo a Cuba desde el Prat. Vuelvo a BCN el 8, lavadoras y rollos, y a beber ron al caribe. ¿A que mola? ¡Pisar Europa solo para poner el programa rapido e irse otra vez!
Más opciones, ummmm, Niza ni de coña, Copenhagen paso. Donetsch, el Shaktar, demasiado cerca. Baku. Creo que de ahí es Kasparov. ¡Eso! Antalya. ¿Dónde esta eso? Como el planeta Tagoda.
En fin, me voy al mostrador siete a ser un buen soldado y acatar ordenas sin preguntar.

Los aeropuertos de hoy en día parecen mataderos. Una opinión repugnante: antes viajaba poca gente, caro y por tanto casi elitista; ahora con la proletarización de los viajes a todas partes por poca pasta, somos todos ryanair style carnaza barata. Lo mismo que con la revolución soviética: cuando la vertiente exclusivamente obrera liderada por  Stalin cogió las riendas del movimiento apartando a los intelectuales de izquierda, ya vimos lo que paso. Los obreros nunca han sido de fiar. Son demasiado impulsivos y fácilmente manipulables. Mejor dirigirlos que dejar que dirijan. Cuando llevan una tarjeta de embarque para un vuelo a Barcelona o Malta, creen estar en otro nivel (¡me voy a ver mundo!)  y sonríen mientras un agente de aduanas les mete un dedo por el culo por si llevan un gramito de hachís. Toda una declaración de  principios y de derechos humanos. Sinceramente, tenemos lo que nos

La vida te depara sorpresas agradables muy simples. Cuando esperas encontrarte en el control de pasaportes uno más de esos armarios de tres puertas uniformados o la enésima lanzadora de disco rusa, aparece ante ti una militar morena de ojos verdes increíble. Muchos galones y cara de mala leche. Situación de peli guarra pero yo no tengo 30 cm. Le intento decir con mi sonrisa de tío guay que llevo un gramito en el culito y que si quiere registrar, no problem. Mira el pasaporte, lo pasa por los escanear y esta atenta al ordenador. Como no quito mi mirada sucia acaba por levantar la suya. La clava en mi pero sigue seria. Pero el mensaje ha llegado. Pone los sellos oportunos y me da el pasaporte. Lo cojo pero aguanto un segundo más. Mis ojos, los suyos. Esbozo una sonrisa franca… ella también. Con la cabeza me indica mucho mas amable que al principio que pase. Sigue sonriendo.
Estas simples batallitas reconfortan el ego. Esa sonrisa es mas muesca en el revolver que la mitad de los polvos de mi vida.

Y he salido de Rusia como es debido.

Ya en Zurich, para el transfer y en hora en media en casa. Despegaremos, pasaremos por encima del impresionante Montblanc y las cumbres nevadas de los Alpes (vista impresionante, me emociono como un niño), un trozo de mar después y ya esta. Recuerdo lo que escribí durante el despegue a la ida. Iba sobre mí y las pequeñas cosas que a uno le gustaría distinguir sobrevolando Barcelona y casi tener la capacidad de saltar del avión y hacer alguna de ellas para no echarlas de menos.  Ahora escribiría también sobre mi y las pequeñas cosas ahí abajo pero bastante distinto. Aquello me suena tan lejano y absurdo.

Besos a todos  

1 comentario:

Anónimo dijo...

I’m not thаt much of a online reаdеr to
be honеѕt but your siteѕ гeally nicе, kееp it uр!
I'll go ahead and bookmark your website to come back later on. All the best

Feel free to visit my web site; yard dumpster
Also see my site > raleigh dumpster rental