sábado, julio 21, 2012

Mi dueño no es débil



A mí como producto autentico y genuino del sistema me habían vendido que esto era perfecto dentro de su imperfección. Lo tienes todo, me dijeron, todo hasta el poder de decisión. Y si algo va mal dios aprieta pero no ahoga.

Me educaron viendo en el telediario niños negros con el vientre hinchado a la hora de comer (a dos carrillos).  
Me enseñaron la historia de mi cultura, mi país, mi casta y mi gente como lo más desarrollado, humano y sensible en la tierra. ¡Mira a los demás como se comportan! Bestias que conviven con la muerte, el hambre y la sangre. 
Tenía todo lo material y yo quería más y más. No se esperaba otra cosa de mí. El día de Reyes lo más importante era cuantos juguetes me habían dejado delante del belen. Contaba, abría un paquete, uno, no lo miraba apenas, abría otro, dos, y me decepcionaba pararme en el cuatro. 
Ya de adolescente, si por un momento me ahogaba la sensación de que todo era un plan para hacerme un inútil, si leía algo que exponía que donde morían los negros era el granero del que mi mama me daba de comer, si alguien cuestionaba mis valores, había algo que enseguida me empujaba a querer unos Levis, desesperarme porque la compañera de clase guapa ni me miraba, y no ver en mi futuro mas que dinero y posición a través de la ruta de estudios-trabajo-familia-hipoteca. Como mucho, me decían (o me lo decía yo a mi mismo de una u otra manera), eres joven, pega cuatro gritos, hazte por un rato de una tribu y créete librepensador y revolucionario. Yo mismo me encauzaría después en el camino para el que he sido educado. Las ovejas en este sistema se cuidan solas.

¿Ahora que? Parece que ese intocable monstruo (el aire que respiramos, el banco que cuida mi dinero, yo mismo con mis 34 años de pertenencia al rebaño, la pirámide social donde cada nivel solo mira para arriba) se tambalea y parece estar mareado, al filo de la navaja y sujetándose con las yemas de los dedos al borde del acantilado.

¡Pues yo quiero a mi monstruo de vuelta! 
¡No se hacer otra cosa que vivir siendo un inútil! 
Quiero que mi educación me vuelva a controlar, que los negros me importen un carajo y ver a los de lejos como unos barbaros. 
No quiero saber que es matrix, que los poderosos son tangibles (y que puedo reventarles la cabeza con un bate), tener puta idea de que destruyo el pulmón del mundo para alimentar a los cerdos que luego me como.
¿Por qué hay alternativas? ¡Me cago en dios! 
Quiero traer de vuelta sentirme dueño cada cuatro años.
Sensación de insatisfacción constante, ¿donde estas?
Volar como un pájaro me da vértigo (y quiero vomitar).
Quiero que mi sistema me ampare como siempre lo hizo con los de mi casta. 
¡Castas, joder, castas! Que sin ellas yo no soy lo que soy y solo se perdurar si existe la jerarquía.
Soy un burgués. Quizá en realidad un obrero. Pero miro por encima del hombro al currante y quiero que así sea.

Me da igual que mis valores sean o no los correctos. A eso se le llama supervivencia y si consiste en vivir siendo en una burbuja y como un parasito pues perfecto. ¿Que soy un clon? Me la suda. Deseo mi infelicidad, competir, sentirme menos y más que otros, admirar a hijosdeputa, querer lo que tienen los de arriba a costa de los de abajo. Odiar la sangre pero ser capaz de apretar un botón que mate a miles. 

Vivo conectado a un respirador y hago como que no. No pasa nada.

¿Tan difícil era mantener en pie el sistema?
Siempre pensé que no.
Y ahora me angustia.  

1 comentario:

Sílvia dijo...

El monstruo por desgracia va a costar que se caiga. Porque nos quisieron inútiles y nos tuvieron informados... leímos y entendimos muchas, demasiadas cosas que a veces es mejor no entender. Pero así nos tiene el sistema. conscientes de la liquidez que nos rodea (no en términos económicos sino relacionales, nuestra relación con el resto de realidades que quieren que nos provoquen indiferencia), nos tomamos la pastillita roja en su momento, y cada vez que lanzamos un envase a reciclar o cortamos los plásticos que sostienen las latas antes de tirarlos a plásticos somos conscientes de que es un acto ínfimo para que el pulmón dure unos añitos más. Almenos que nuestros hijos puedan vivir en esta jungla de hipocresía y absurdidades en el que estamos. llamale sistema monetario, capitalismo o taza de café. Da igual. el problema siempre aparece cuando el objetivo es ganar dinero. entonces tooodo se convierte en un recurso para un fin, no en el fin en sí (véase la alimentación, la educación, la sanidad y cualquier ejemplo que se le pueda ocurrir a alguien), y eso nunca será sostenible.
Y cada cuatro años seguimos siendo dueños para escoger a nuestros verdugos. A los que nos ahogarán poco a poco o rápidamente con sus excusas que ya nadie se cree (espero).

Y si, vivimos ahí, entre toda esta mierda de sistema intentando sacar la cabeza del agua para poder gritar, respirar para sentirnos un poco fuera de él, lejos de los niños con vientres hinchados, ventas de armas ilegales por parte del estado, corrupciones, conflictos armados, apartheids, bankias y demás.
No hay valores, ni objetivos ni parece que soluciones a corto plazo.
Una panorámica bastante desalentadora.
Nos queda, pues, la esperanza, confiar en que las personas vamos a ser capaces de unirnos como tales e ir generando cambios, a pequeña o gran escala, con revoluciones culturales tecnológicas o un poco más directas.
Nos queda seguir.
Nos quedamos!!

(super famosillo, pero me hiciste pensar en esto) http://www.youtube.com/watch?v=mC2x5nL_LKk