martes, julio 03, 2012

San Petersburg, una nueva era


¿Que se trae mi querido profesor Sokolov entre manos? Va de meeting en meeting, entra y sale a su ritmo pero sin parar. Pensé que pasaba de mí, pero de vez en cuando me dice algo, luego nos vemos, luego hablamos, como si tuviera en mente algo.
Asoma la cabeza por la puerta. Me dice, quieres un te verde. Claro, un te verde, Nikolai, me ha leído la mente. Pasa a mi despacho, hablemos, dice. Y ahí voy. Me pregunta que si el hotel es cómodo. Mucho. Que que he hecho el fin de semana. Turismo. Y yendo al grano, que a que me dedico exactamente, que cuales son mis experimentos. Y  yo más que humilde como si esto no fuera trabajo le explico. ¿Cómo no voy a hacerlo así? Si parece Vito Corleone jugando con su nieto entre los naranjos antes de morir.
Mira, sonríe, piensa y acaba diciendo que el proyecto tiene un dinero que se puede invertir en estancias fuera, y que igual si yo estoy interesado en venirme una temporada, pero claro, que mi jefe, además, dame bibliografía de lo que haces para que yo me entere bien, bueno, bueno, no te preocupes, luego hablamos, que ahora tengo que hablar con un colega, estas cosas ya sabes, pero piensa, una posibilidad, perdona, tengo una cosa en mente, ya te comentare.
Nikolai, querido, me has acojonado. Una cosa es  tenerte como abuelito y otra muy distinta como jefe.

Mi objetivo ahora es la playa al pie de la fortaleza de Pedro y Pablo en la zona de Petrogrado. Este barrio es un conjunto de islas al otro lado del rio, el inmenso Neva, frente a los palacios que forman el Ermitage. Para llegar a la fortaleza  tengo que cruzar dos puentes que te dan una vista preciosa de la ciudad (tan preciosa como cualquier otra vista desde cualquier puente en cualquier ciudad con rio grande).
Manadas de turistas cruzan conmigo el segundo puente para entrar a la fortaleza.  Pasar la muralla es gratis pero mas allá en la esplanada central  las colas son kilométricas para entrar en las dos iglesias centro del complejo (No se cual es la de Pedro ni cual la de Pablo. De hecho no se quien es Pablo; Pedro será el Grande, digo yo). Son dos construcciones no muy grandes, coloridas, acabadas en cúpulas doradas rematadas por cruces altísimas que compiten entre ellas. El fuerte es mucho más grande, con calles y viviendas, más iglesias, murallas y murallitas, y después de un rato de paseo llego a playa. Playita mas bien. La han puesto en un sitio estratégico (es artificial me imagino) y domina desde el norte del rio todo el centro de la ciudad. Ves palacios, puentes, el skyline de San Petersburgo con sus cúpulas sobresaliendo. Abrumador. Mas si no te puedes volver a nadie y decir, abrumador. Hace una buena temperatura así que fuera zapatos y camiseta.     

Una pequeña rectificación sobre alfas y épsilons. Alfas ellas hay para no levantar la cabeza del suelo. Alfas ellos, son bastante escasos. La pareja alfa ella-épsilon él es la mas habitual. La pareja épsilon ella-épsilon el puede que lo sea aun mas, pero ¿a quien le importa? 
Probablemente las rusas no tienen el mismo sentido de la belleza que yo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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