LA CAPITAL DE LA TIERRA CON TENDENCIA A PERDER.

Sali tarde de trabajar y volvi al centro en autobus. Iba a casa de unos amigos asi que enfile Henry St., una calle peatonal de las mas comerciales. Eran como las ocho, asi que estaban ya todos los comercios, tiendas y centros comerciales cerrados, quedando solo los pubs abiertos. Pero en esa calle no hay pubs, y a esas horas, ya casi de noche, apenas quedan unos cuantos transeuntes.

El dia era frio, muy ventoso mas que nada. De esos que desde por la manhana lo llevas metido en los huesos, y por mucha ropa que te pongas no consigues entrar en calor. El cielo, con los ultimos rayos de luz colandose entre los nubarrones, estaba triste, apagandose. Podias notar entre los pocos que circulabamos las prisas por llegar a un sitio caliente, a casa probablemente.
Es la belleza de la decadencia de la atmosfera de Dublin. Me sentia fenomenal. Con frio, ante la espectativa de pegarme al radiador de mis colegas, pero con ojos para todo: la gente envuelta en abrigos, gorros y bufandas, las casas con esa arquitectura tan desigual, y algunas luces en las ventanas, las tiendas con los cierres echados. Una calle muerta, muy viva hace una hora, espejo de una ciudad aparentemente deprimente pero con una increible vida anterior. El reflejo del carater irlandes. El mismo que a la pregunta de, que tal?, responde, no demasido mal. Ese que lleva a un musico y una guiness en la sangre.

Este sitio sigue sorprendiendome y no entiendo porque. Este ambiente lo llevo respirando mas de dos anhos y aun asi hay veces que me paro, respiro, miro alrededor y me siguo sintiendo como dios. El extranho encanto de la ciudad los perdedores.