DE SENTENCIAS Y PAUL AUSTER

Uno esta ya más que cansado de las barbaridades que se escuchan entorno al proceso de paz en Euskadi. Y como diría Sancho, lo que te rondaré morena. Pero lo que más me preocupa de este lenguaje, uno vez más, no son las salvajadas de la extremaderecha, representada actualmente por el PP, sino las frases hechas o coletillas a las que se apuntan tambien los supuestos políticos de izquierdas. Ya teníamos sufiencientes malos ejemplos de bellas palabras que por su indecente y repetitivo uso caen en el sinsentido o sin significado, como "democracía" o "estado de bienestar".
Digo esto porque ultimamente escucho mucho lo de (dos puntos y repicar de tambores) "los mil muertos de ETA". Unos lo utilizan para llamar a la guerra total, "El gobierno esta rindiendo el estado y sus mil muertos a los terroristas", mientras que los otros dicen buscar que el número no aumente, "Mil muertos son suficientes, demos una oportunidad a la paz".
Seamos serios, queridos tipejos parlamentarios (incluyendo a IU), y tengamos memoria historica. Durante el franquismo ETA gozaba de cierto aprecio y benevolencía por parte de una buena parte de la población española por los golpes que asestaba al franquismo. Por ponerle nombres al tema: ni de lejos es lo mismo cargarse a Melitón Manzanas, conocido comisario torturador de cualquiera que se opusiera al franquismo y bandera de la represión franquista en el País Vasco, que la bomba de Hipercor con decenas de muertos. Ni tampoco es parecido hacer saltar por los aires el coche del presidente del gobierno fascista, el ogro Luis Carrero Blanco, que secuestrar, retener, y por lo tanto convivir, durante dos días con Miguel Angel Blanco, para despues subirle al monte, arrodillarle y meterle a sangre fria dos tiros en la cabeza. La historia humana es un ejemplo tras otro de que no es lo mismo un muerto que otro.

Cambiando de tercio, acabo de terminar la penúltima novela de Paul Auster, La Noche del Oráculo. No está a la altura de La trilogía de Nueva York, pero decir eso no es bajar a Auster al nivel de la literatura actual. La trilogía para mi es una obra maestra absoluta de la literatura del siglo XX que yo he tenido la oportunidad de leer. La Noche del Oráculo de todas formas es una gran novela. Paul vuelve a demostrarnos una capacidad asombrosa para desarrolar esa extraña cualidad en nuestro tiempo, la imaginación. Quiza su prosa no sea la más lograda de la historia, pero con ella nos embarca en un vertiginoso viaje de realidad y espejismos, de delirios y pragmatismo cotidiano, te descoloca con su magía narrativa y te vuelve a colocar encajando piezas en su peculiar puzzle mental dejandote una sensación de que todo se puede volver del reves en cualquier momento. Es una de las mentes mas prodigiosas de nuestro tiempo sin ninguna duda, capaz de atraparte con historias dentro de historias y con personajes salidos de la imaginación de otros personajes. No pretende, bajo mi punto de vista, escribir un batiburrillo que se aclare al final, porque todo se aclara pero nada se aclara, en el sentido de que deja que el lector sea participe de las historias y aplique su propio orden o desorden mental. Es como si fomentará la imaginación de los demás. Sin la redondez perfecta de La trilogía de Nueva York, es una gozada sumergirse en la cabeza de Auster, y la única pena es no poder salir a caminar por las calles de NY con el bueno de Paul y comentar y dejar vagar la imaginación por las historias reales o imaginarios, o las dos cosas a la vez, que nos vaya marcando un paseo sin rumbo fijo.
Mi nota- Buenísima. Pero para los que no lo hayan leido mejor empezar por la trilogía.
Besos.