LA BESTIA

Como muchos sabeis no he tenido que buscar casa al volver a Dublin. He sustituido a mi amigo Greg que se ha ido a Barcelona. Le guardo la habitación los tres meses que dice que va a estar alli, aunque a mi me da que se queda a poco que encuentre un curro y le vaya bien con su novia catalana. Ademas no comparto con nadie, es individual, que es lo que yo queria.
Evidentemente la casa no es la misma que hace un mes. Se han ido buenos amigos como el mismo Greg y Bea, y han llegado Julius, un chico nigeriano que esta siempre riendose y pinta buena gente, y un par de niñas de primer año de college. Una de ellas es un irlandesa de padres alemanes, y es mas alemana que irlandesa, con todo el sentido cuadrado-cuadriculado que tiene lo de alemana. Pero la otra, y aqui llegamos a la miga del pan, es indescriptible. Llevo menos de una semana aqui y ya no se si reirme, darle una hostia o echarla. Es lo irlandes elevado a la enesima potencia, es decir, borracha, sucia, escandalosa, antilivido, molesta, estupida, grandota, etc, etc, etc.
En cinco dias ya tiene sobre sus anchas y caidas espaldas mil anecdotas. El martes estaba yo, como muchas tardes a eso de las siete, esnucado en el sofa en el mejor de los sueños, cuando aparece la killer esta con diez amigotes del college, del estilo de ella, cargados de cerveza y demas, a montar un fiestecita improvisada. Jodido y medio sopa, me tuve que quedar haciendo de policia hasta la una de la mañana, porque como tienen 18 (lo entiendo, todos hemos tenido 18), les daba por subirse a las mesas, tirar cervezas llenas al suelo, molestar a los vecinos, y casi mato a uno cuando le veo lanzar tipo David vs Goliath un tranchete contra un cristal. Le llame, de lejos, como a un perro (chiss, chiss) y le dije no con el dedo y mala cara, con lo que el muchachote se puso todo pedo a fregar el cristal con el estrapajo expontex de la cocina como si fuera una cacerola. Lo deje por imposible.
Bueno, la tipo esta, llega cocida todos los días, pero todos es todos, como anteayer que llegaba hasta el culo de un licor de patata de 70º, según dijo, o ayer que aparecio a las cuatro, y yo desde mi habitación escuche como tardaba cinco minutos de reloj en abrir la puerta, otros cinco en tirar todo lo que estaba a su paso camino de la cocina, otros cinco en prepararse un te, cinco mas en tirarlo, y otros cinco en subir a su cuarto. Tiene siete pares de zapatos, talla Pau, tirados en el salon, lo deja todo hecho una mierda, parezco su puto padre para que limpie. En fin que me cago en toda su puta madre. La alemana no puede mas, y eso que son medio amigas, pero acabaran mal.
Los que tengan la suerte de conocerla (Dani, Luci, Pablo) juzgaran por si mismos. Los que no, fiaros de mi, un cromito de niña, mas hombre que yo.
En fin, besos.