martes, octubre 24, 2006

HACIA LA QUIEBRA DEL SABIO.

Barista es el título que te ponen si te dedicas a hacer cafés con dibujitos y a servir las bebidas en general. "Barista" que se parece a "artista", como si quisieran hacer de ti un Jackson Pollock, un Nurerev o un Bob Dylan, pero con salario mínimo mas propinas. Bartender es el tipo de la barra que te prepara desde un simple cubata a un daiquiri, un dry martini o una piña colada. Por el nombre que le ponen debe ser un personaje que te acerca el vaso con una ternura sinigual y que escucha tus desdichas de borracho con tierna mirada e igual paciencia. En cambio si te dedicas a limpiar mesas, eres el "busher" del garito. El "busher", que no se como se escribe pero a mi me gusta ponerlo asi. De la belleza de "barista" a la brutalidad y fealdad de "busher". ¿Será porque uno hace flores y corazones con el chocolate y la leche, y el otro apiña platos llenos de restos de comida que ya no queremos, o habrán pensado en George W., que vive en la mierda, recoge mierda, se siente a gusto en la mierda, y que es, al fin y al cabo, una mierda?.
Toda esta chorrada viene a decir que hasta en la hosteleria se tiende a la especialización. El que triunfa en nuestros dias es el que sabe muchisimo muchisisisimo de algo y no el que sabe mucho a secas de muchas cosas. ¿Donde quedo el humanismo y el hombre renacentista?. ¿Que sería hoy de Leonardo?. ¿Acabaría dibujando logos para campañas de publicidad, mientras aburrido de la vida llega a casa todas las tardes y describe y pinta maravillas que nadie da un duro por ver?. ¿Donde se reunirian Lord Byron o el matrimonio Shelley para escribir cuentos de terror?. Ni de broma en el paraje mágico de los Alpes que fue. Mas bien en el pisito propiedad del banco de Percy y Mary, durante el fin de semana, tras una dura semana en una oficina x, en un edificio acristalado x, en un complejo empresarial x. El olvidado John Polidori, autentico creador del vampiro moderno (mucho más que el plagiador Stoker) en aquel verano tan extraordinario para la literatura inglesa, ni siquiera acudiría a la reunión. ¿Para que?. Si nadie se acuerda de él por haber creado hace dos siglos uno de los personajes mas espectaculares y recurridos del siglo XX, nos lo podemos imaginar hoy en día como un amiguete mas del Lord y los otros, que no puede sacar tiempo para escribir porque se dedica a trabajar de pasante en un bufete y a pagar facturas.
No digo que no me interese la tesís doctoral que explora la progresión de la proteina tal en el tejido cual bajo condiciones de estimulación electrolítica pascual. Sería una aberración. O que me paso por el forro a que hora y con que frecuencia meaba Hegel, que describe un estudioso catedratico en un mamotreto de ochocientas páginas por el que te dan una medalla si pasas de la introducción, o que me la suda la etica y moral en el derecho romano del siglo II.
Todo esto es interesante, pero para mi desde un punto de vista superficial. Y no superficial como banal o frívolo, sino que puedo dedicarle a estos temas, si me llenan, un intervalo de tiempo determinado, que sería corto si lo comparamos con el tiempo de vida del ser humano medio y occidental, digamos 75 años. Es decir no dedicaría a ello mi vida, ni siquiera ocho o diez horas diarias. Ni que decir tiene que si el tema es picar código en una consultora, o trabajos comunes de mil-euristas, ni siquiera me interesan al nivel superficial descrito y si como algo banal y frívolo.
Y por supuesto que me interesan las personas que se dedican a la proteina, a Hegel o al derecho romano. De hecho son estas personas las que me interesan, tener una charla tranquila frente a un café para que me expliquen en que consiste su trabajo, para hacerme una idea de primera mano y poder profundizar lo que yo quiera. La vida te regala momentos maravillosos con estos tipos.
Y ademas en tu camino se te presentan saliendo de pronto a tu paso autenticos renacentistas camuflados entre el gentio, y es un placer conocerlos y llegar a ser su amigo. Aqui en Irlanda me he encontrado a algunos. Y en los pueblos de España y trabajando en Madrid o como amigos de amigos. Ahora mismo me acuerdo de Jack el chino o del tipo que nos vendió cordero en un pueblo de Soria o de mi ex-jefe y amigo Antonio. Y creo que apenas saben quien es Hegel, pero aun así tienen mucho que contar.
Besos.

2 comentarios:

Acido_Cinico dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Acido_Cinico dijo...

He suprimido mi anterior comentario porque había un error en blogger. Decía que te va a encantar La Fuerza de su Mirada, de Tim Powers, porque los protas son precisamente Byron, PB Shelley, Polidori, junto a algunos vampiros "de verdad"...